GRAVNER
Pocas personas se imaginan que, en la antigüedad, el vino no tenía el gusto de lo que es en la modernidad. Aditivos como vinagre, resinas, hierbas y frutas, miel, e incluso agua de mar, eran añadidas a los vinos para “preservar” sus cualidades o hacer un vino poco bebible un poco más apto para la degustación humana. Además, por mucho tiempo, se buscó el dulzor intenso como símbolo de néctar sagrado, elixir y vino de reyes. Es así como durante épocas anteriores a Cristo, la elaboración de los vinos tintos y blancos era indistinta (hoy en día, un blanco tradicional se fermenta sin hollejos) en muchas instancias. Los viñedos tenían mezclas de uvas y no solían separarse antes de la vinificación y hasta era común mezclar vinos de varios lugares para llegar a un perfil “ideal”. Hoy en día la enología es muy diferente, los vinos se podrían decir confeccionados en su mayoría, y muchas veces con un mercado y perfil en mente. Sin embargo, aún en estos tiempos, es posible encontrar vinos que se elaboran de esta manera ultra tradicional. Gravner es uno de ellos. Desde 2001, Josko Gravner fermenta sus vinos en Qvevri, ánforas de hasta 2500 litros provenientes de Georgia, el país en donde se encuentra Gadachrili Gora (uno de los lugares donde se han encontrado evidencias arqueológicas antiquísimas de producción de vino). Gravner asegura que las ánforas son el mejor contenedor para la fermentación del vino, y sus Ribolla provenientes de viñedos biodinámicos en Gorizia, Friuli, son los vinos más fascinantes que he tenido oportunidad de probar. Este es el primer vino de esta página por que inicia justamente en el siglo XXI, con un espíritu de vuelta a lo natural, lo tradicional, a darle su valor al tiempo y a la naturaleza en nuestro entorno.
Gravner va en contra de todo lo que propone el siglo XXI.
Gravner Ribolla 2014, Gorizia, Friuli
Cata formal:
A la vista este vino es medio ámbar, brillante, con destellos dorados. En nariz tiene una intensidad alta de aromas de frutas de hueso, frutas blancas, flores y miel, con toques de jengibre y azafrán. Mineralidad presente y agradable. En boca, este vino es seco, tiene acidez media alta, alcohol alto, taninos muy bajos, con buen cuerpo y una permanencia muy alta. Se confirma la fruta y la miel, el vino tiene una textura redonda y melosa.
Nota de cata:
Gravner invita a un disfrute inusual para las personas que están acostumbradas a vinos tintos, blancos y rosados. Tampoco es el típico (ahora) vino naranja con presunciones naturales. Desde el primer sorbo, el grado de elegancia, complejidad e intensidad, me recordó las 4 categorías del vino de Pierre Coste, siendo este un vino fino, que traslada a quien lo bebe a un ritual de contemplación, y que ofrece estímulos tanto sensoriales como intelectuales. Llamaré a estos vinos filosóficos. Notas de fruta de hueso, jengibre y miel, muy concentrado el sabor en boca.
Mogor-Badan 2021
Desde hace muchos años, este ha sido uno de mis vinos favoritos de la región de Ensenada, y no es sorpresa que provenga de un microclima con ciertas características que lo hacen muy singular. Proveniente de el Mogor, y de mezcla Bordelesa, este vino cuenta en cada añada con un balance exquisito entre fruta, pirazinas y acidez; y apenas un toque de barrica y terrosidad, que evolucionan en el paladar para contar más de una historia.
Tuve la oportunidad de catar este vino con Sofía Rubio, quien es hija de Natalia Badan, actual propietaria y directora de esta vinícola familiar, ubicada entre el Valle de Guadalupe y el Valle de San Vicente. Mezcla de Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Merlot, cuyos porcentajes varían de acuerdo a la añada, me pareció interesante el hecho de que, anteriormente era principalmente Merlot la uva dominante, para ahora ser Cabernet Franc. Ciertamente la nota de pimiento rojo maduro es intensa, y le da un toque de distinción y elegancia a este vino. Suave y a la vez con un paladar firme en su carácter, no deja de sorprenderme el nivel de consistencia que, añada con añada, Cavas del Motor logra impartir a su vino insignia.
Definitivamente un vino de meditación, sigue teniendo un lugar preferente en mi memoria. Recomendado al 100% como un exponente único y ejemplar de la vitivinicultura mexicana.





